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La economía verde ayudará en la lucha contra el cambio climático


Nuevas estadísticas que fueron dadas a conocer en semanas pasadas muestran que la economía global “verde” no sólo podría proteger el planeta de los peores efectos del cambio climático, sino que a la vez es algo sorprendentemente asequible.

Vías hacia una Economía baja en Carbono -un estudio nuevo de McKinsey and Co– muestra que el calentamiento global puede mantenerse por debajo del incremento crítico de 2°C y, que además está dentro de nuestras posibilidades lograrlo. El estudio detalla los costos de reducir los daños causados por las emisiones de carbono, pero al mismo tiempo aclara que, sólo si actuamos de inmediato, será posible evitar los peores impactos del cambio climático. De acuerdo a WWF, una de las organizaciones que auspició el informe, los líderes mundiales ahora cuentan con toda la información necesaria para estructurar un acuerdo global climático para los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo.

El estudio –uno de las más grandes y detallados que existen a la fecha– lista más de 200 oportunidades distribuidas en 10 sectores y 21 regiones geográficas, que podrían reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero en aproximadamente un 40% por debajo de los niveles de 1990 hasta el año 2030.

En el año 2030, la energía solar, eólica y otros tipos de energía renovable sostenible podrían abastecer casi un tercio de la demanda global de energía; la eficiencia energética podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en más de un cuarto, además de que la deforestación en los países en vías de desarrollo podría ser completamente detenida –uno de los principales factores causantes del cambio climático y una amenaza importante para el desarrollo sostenible. Y todo esto a un costo de menos de medio por ciento del PIB global.

“El estudio McKinsey muestra que de una vez por todas es urgente y asequible tomar acción para con el cambio climático”, señaló el Director General de WWF, James Leape. “Las estadísticas claramente muestran que no solamente podemos avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono, sino que los costos son razonables. Adoptar estas medidas será un gran paso en evitar los peores efectos del cambio climático.”

En la conferencia de lanzamiento del informe en Bruselas, Leape añadió que “a medida que los gobiernos invierten en reconstruir la economía global, tienen una oportunidad única, y es imperativo construir una economía con bajas emisiones de carbono que cree empleos y estabilice el clima. Las tecnologías de baja intensidad de carbono y los modelos de producción ya existen y tienen sentido económica y ambientalmente.”

“Cuando los líderes mundiales se reúnan en Copenhague en diciembre de este año para decidir sobre un acuerdo global para el cambio climático, no tendrán excusas para ser pasivos o no tomar acción. El mundo estará mirando y espera que los líderes adopten medidas que lleven a una economía de bajas emisiones de carbono, dándole buenas posibilidades de mantener el cambio climático por debajo del nivel crucial de 2°C”, indicó Leape.

El estudio McKinsey ha sido evaluado ampliamente por científicos, economistas y entidades expertas, incluyendo a WWF. El estudio presenta sus hallazgos en forma de una “reducción en la curva de costos”, que gráficamente ilustra los sectores en los que se podría lograr la mayor reducción de carbono en términos de eficacia en función de los costos, incluyendo un ahorro de 14 mil millones de toneladas de CO2 al reemplazar la generación de energía en base a carbono con –entre otras cosas– energía renovable ya existente, comprobada y limpia. También incluye el ahorro de otras 14 mil millones de toneladas a través de un uso más sostenible de la tierra en los sectores agrícola y forestal, así como un ahorro adicional de 11 mil millones mediante la eficiencia energética. McKinsey identifica otros 9 mil millones de toneladas de potenciales reducciones de emisiones que son ya sea más costosas o representan cambios en prácticas que son difíciles de cuantificar.

En Vías hacia una Economía baja en Carbono, McKinsey analiza el potencial, en base a las emisiones y costos, hacia una disminución en todos los sectores, incluyendo el de la energía nuclear. WWF cree que los costos de la energía nuclear han sido subestimados. Aun más importante es que la energía nuclear no es una opción viable cuando tomamos en cuenta los riesgos de proliferación, los residuos altamente radioactivos y el escape de plutonio. Creemos que es posible lograr reducciones importantes adicionales a través de la cogeneración de biomasa, mayor eficiencia energética y productos bajos en carbono, que protegerán el clima sin necesidad de usar energía nuclear.

WWF aplaude los principales hallazgos del estudio, que muestra que si todas las opciones de la tecnología fuesen puestas en práctica, sería posible lograr una reducción de aproximadamente 40% de las emisiones de los gases de efecto invernadero hasta el año 2030, en comparación con los niveles de 1990 –lo cual equivale a una reducción del 70% de los niveles habituales. Eso sería suficiente para reencauzar al mundo por el camino correcto para poder mantener los incrementos en la temperatura promedio por debajo del nivel de 2°C, nivel que WWF y otros han identificado como el máximo permisible para evitar daños ambientales irreversibles y de amplio alcance.

WWF.

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