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Árboles artificiales "son la solución"


Un científico en Nueva York, Estados Unidos, cree haber encontrado un método para frenar el cambio climático.

Inspirado en un proyecto que su hija presentó para una clase de ciencia en la escuela, el profesor en geofísica Klaus Lackner diseñó un árbol sintético que tiene la capacidad -al igual que las hojas de los árboles reales- de absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.

De acuerdo a la teoría de Lackner, el dióxido de carbono extraído mediante estos árboles artificiales podría ser almacenado bajo tierra de manera segura y permanente.

Según el experto, este método podría ser una alternativa -una forma de ganar tiempo- hasta que los científicos puedan crear fuentes de energía que no utilicen carbono.

Pero, ¿cómo son estos árboles de los que habla Lackner?

"Igual que un árbol real, este árbol tendría una estructura para mantenerlo de pie -el equivalente a un tronco-, probablemente un pilar", le explicó a la BBC el científico.

A diferencia de una planta real, cuyas hojas se extienden para captar la luz solar y llevar a cabo el proceso de fotosíntesis, no hace falta que las hojas de un árbol artificial estén desplegadas, ya que no necesitan los rayos del sol y por lo tanto no requieren mucho espacio.

¿Cómo funciona?


Igual que un árbol real, este árbol tendría una estructura para mantenerlo de pie -el equivalente a un tronco-, probablemente un pilar
Klaus Lackner, geofísico

Cuando Claire -la hija de Lackner- comenzó a trabajar en una tarea para el taller de ciencia de su escuela, descubrió que podía extraer el dióxido de carbono del aire al hacerlo pasar a través de una solución de hidróxido de sodio.
De la noche a la mañana, Claire logró recolectar la mitad de CO2 del aire que había pasado por esta solución.

Cuando el CO2 entra en contacto con el hidróxido de sodio se absorbe y produce una solución líquida de carbonato de sodio.

Esta solución líquida es la que Lackner cree que se puede recuperar y transformar más tarde en un gas, para ser almacenado en el fondo marino.

Ganando tiempo

Según Lackner la solución -al menos temporal- al problema del cambio climático es plantar miles de árboles artificiales.

El científico estima que cada uno de ellos podría llegar a extraer unas 90.000 toneladas de dióxido de carbono al año, el equivalente a las emisiones de aproximadamente 20.000 automóviles.

Utilizando la tecnología disponible para la perforación de pozos petroleros, se podría crear un depósito en la profundidad del lecho marino para almacenar el CO2 extraído gracias a estos árboles.


A esa profundidad y temperatura, el dióxido de carbono es más denso que el agua, por esta razón, "no podría elevarse del piso oceánico", señala Lackner.
Pese a lo novedoso de esta aproximación, la comunidad científica no la ha recibido con gran entusiasmo.

Los expertos apuestan a que la humanidad logre encontrar en breve otras fuentes de energía que no utilicen carbono.

BBC.

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