El gobierno de China se ha comprometido ante la ONU a reducir sustancialmente sus emisiones de dióxido de carbono.
Para lograrlo, en muchas partes del país, que es el mayor emisor a nivel mundial, se están instalando molinos de viento.
Según algunos especialistas, la energía eólica le podría ayudar al gigante asiático a cortar sus emisiones en un 30% antes de 2030.
Pero no todos los chinos están contentos con la repentina aparición de tantos molinos de viento.

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