nombres animadosnombres animadosnombres animados

PARA VER TV DAR PLAY

nombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animados
nombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animadosnombres animados

Crece consumo excesivo de fármacos recetados y existe la falsa creencia de que son seguros


Michael Jackson, la ex conejita de 'Playboy' Anna Nicole Smith y el actor Heath Ledger son tres de sus víctimas. Solo en el 2005 en Estados Unidos murieron 22 mil personas por la misma causa.

El 21 de enero del año pasado el actor australiano Heath Ledger, de 28 años, se metió en su cama con un propósito en la mente: dormir.

A lo largo de ese día Ledger, que llevaba meses padeciendo alteraciones del sueño y ansiedad, consumió medicamentos que le habían sido recetado para manejar ambos trastornos.

Como el sueño no llegaba no solo consumió más, sino que con la idea de potenciar el efecto, los mezcló con otros. Horas después fue hallado muerto en su apartamento; a su lado había frascos y frascos de pastillas que compró con receta médica.

La autopsia determinó que su muerte había sido causada por una intoxicación aguda por los efectos combinados de oxicodona, hidrocodona, diazepam, alprazolam, doxilamina y temazepam.

La causa de la muerte estaba clara: la talentosa estrella murió debido al abuso de medicamentos de receta. En circunstancias similares falleció la ex conejita de 'Playboy', Anna Nicole Smith en enero del 2007 (que combinó metadona, drogas para adelgazar, hormonas de crecimiento, vitamina B12 y pastillas para la gripa), y hoy se especula que esto explicaría la muerte de Michael Jackson, cuyos médicos le suministraban múltiples y potentes analgésicos.

Estados Unidos es reflejo de una preocupante tendencia mundial al consumo excesivo de drogas recetadas. A tal grado que en el 2006 la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife) alertó que el abuso de medicamentos formulados estaba a punto de superar el consumo de narcóticos ilegales en el mundo.

Según la Jife, estudios internacionales determinaron que el 25 por ciento de los jóvenes entre los 12 y los 17 años, la mayoría de países desarrollados, habían probado medicamentos formulados al menos una vez en su vida y no precisamente con propósitos terapéuticos: solo querían divertirse.

El psiquiatra Rodrigo Córdoba asegura que la gente alberga la falsa creencia de que al estar formulados por un médico son más seguros y menos adictivos que las drogas ilegales.

Saben, además, que las autoridades no persiguen a quienes respaldan su porte con una fórmula. Un reciente estudio de la Fundación Nuevos Rumbos encontró que hoy los niños y los jóvenes colombianos acuden, cada vez con más frecuencia, a la mezcla de medicamentos que encuentran en los botiquines para divertirse.

Esta práctica es, según la investigación, la puerta de entrada a otras adicciones, hoy marcadas por el llamado policonsumo y el uso de drogas sintéticas. Las autoridades claman por más control, pues está demostrado que a fármacos como los que mataron a Ledger, a Smith y a Jackson, hasta los niños acceden con facilidad.

Drogas de control que más se usan

En el país hay medicamentos que por su acción específica sobre el sistema nervioso son de uso controlado, razón por la cual solo pueden venderse bajo fórmula médica. Dentro de ellos están:

Opioides: se prescriben para aliviar dolores fuertes; entre ellos están la oxicodona, la morfina, la meperidina y la hidrocodona.

Depresores del sistema nervioso: se utilizan para tratar la ansiedad, los ataques de pánico y los trastornos del sueño. En este grupo están el fenobarbital, el diazepam y el alprazolam.

Estimulantes: se usan para manejar la depresión, la ansiedad, el asma, la obesidad y la hiperactividad. Algunos son la Ritalina, las anfetaminas y la atomoxetina.

Efectos peligrosos

Usar medicamentos con fines distintos a los indicados por el médico trae siempre repercusiones serias para la salud.

Opioides: una sola dosis de estos fármacos puede reducir el ritmo de la respiración hasta provocar la muerte. La gente busca efectos que, con el tiempo, exigen el uso de dosis cada vez más altas, lo que pone en riesgo la vida.

Estimulantes: el abuso puede producir alteraciones cardiacas y convulsiones. Los efectos son más severos cuando se mezclan con otros medicamentos, incluso los de venta libre, como los antigripales. Pueden causar agresividad y cambios bruscos de comportamiento.

Depresores del sistema nervioso: su uso excesivo puede generar sedación que incrementa los riesgos asociados a actividades cotidianas como manejar o manipular máquinas y herramientas. Puede provocar depresiones respiratorias mortales.

REDACCIÓN SALUD EL TIEMPO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario