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LOS PELIGROS DE UN MUNDO QUIMICO I


Cuesta creerlo, pero nuestro organismo se está convirtiendo en una especie de central de residuos. Nada menos que 300 sustancias químicas contaminantes se concentran a lo largo y ancho de nuestra anatomía. Las rutinas de cada día están repletas de sustancias peligrosas para la salud en las que ni siquiera reparamos.

No se trata solamente de la polución ambiental, sino que limpiar la casa, maquillarse o ingerir ciertos alimentos se convierten en auténticos atentados contra la salud si no se eligen los productos adecuados.

Vivimos en un mundo químico», denuncian los ecologistas. Y lo dicen con cifras sobre la mesa: la cantidad de sustancias químicas producidas por el hombre y emitidas a la atmósfera ha crecido desde los 1.000 kilos en 1930 a más de 400 millones de toneladas en los albores del siglo XXI. Según la Agencia para la Protección de la Salud del Reino Unido, cada mes aparecen más de 600 sustancias químicas nuevas que se añaden a las 80.000 ya existentes. Por el momento, sólo se han demostrado los efectos en el ser humano de un 7% de estos agentes.

La legislación debería ser la principal protección del bombardeo constante de tóxicos. Sin embargo, muchas organizaciones ecologistas y numerosos científicos denuncian deficiencias en este terreno. De modo que la forma más inmediata de protección es conocer dónde se encuentran los contaminantes y evitar su consumo. Aquí le ofrecemos los más peligrosos y abundantes y también algunas técnicas para “limpiarse”.

LA CASA CONTAMINADA.

Seguro que si echa un vistazo a los productos de limpieza e higiene que guarda en los armarios del baño y de su cocina descubrirá que su propia casa es un foco de contaminación en miniatura. Fragancias artificiales, agentes antibacterianos y disolventes son sólo algunos de los componentes más habituales de limpiadores para el WC, colonias o maquillajes.

Según denuncia WWF en su página web «comprar estos productos es una lotería», porque a menudo resulta difícil encontrar entre los ingredientes que se mencionan en las etiquetas sustancias contaminantes, aunque de hecho éstas formen parte de la composición de muchos de ellos.

Es el caso del triclosán, un antibacteriano presente en pastas de dientes y productos de limpieza, entre otros. La Agencia estadounidense de Protección del Medio Ambiente lo incluye dentro de su lista de pesticidas, y reconoce la existencia de ciertos riesgos para la salud humana, asegura WWF. Este producto es un clorofenol, sustancias que se emplean en industrias de naturaleza muy diversa. Según algunos estudios publicados en la revista 'Nature'esta sustancia tendría la capacidad de desarrollar cepas de bacterias resistentes a los antibióticos.
El mundo.

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